Os presento el resumen de ideas y reflexiones tras la emisión del capítulo sobre el reto energético (aquí, entero), que de momento es el que más comentarios positivos ha recibido. Los valores de audiencia todavía no son los deseados, pero TVE nos dice que funciona muy bien online, y que estemos tranquilos porque va a ir creciendo. La verdad es que durante la emisión los 30 minutos pasan volando y me quedo pensando «¿Ya está? ¿Tanto trabajo para esto?». Suerte que hay redes sociales y los videos están online, Estamos pensando maneras de extender su vida, y sobre todo —y esto me llena de satisfacción—, empiezo a recibir mensajes de profesores diciendo que están utilizándolos en sus aulas.
Pero bueno, aquí van algunas de mis reflexiones, esperando escuchar las vuestras por los medios que prefiráis.
Construir un Sol en la Tierra
Una dificultad de la divulgación científica es repetirse. Sí: repetirse en afirmativo. A la mayoría de nosotros nos cuesta horrores volver a contar lo que ya hemos explicado alguna vez, o lo que «ya se ha dicho», porque nos parece que «esto no es nuevo», y nos estamos repitiendo. Error. Puede que no sea nuevo para nosotros, pero sí para mucha gente. El reactor de fusión nuclear ITER lleva años en marcha, con retrasos y sobrecostes considerables, y decidí hablar de él porque es espectacular, aunque no fuera «nuevo». Pero la semana pasada Esti, quien lleva las redes de @cazadorcerebros, estaba flipando con el tema. «¿No lo conocías?», le pregunté. «¡Qué va! ¡Y mis amigos tampoco! ¡Pero si es una pasada!». Lección para divulgadores: que no nos sepa mal repetirnos.
Y es que el ITER es realmente una pasada. Las estrellas brillan porque en su interior la fuerza de la gravedad es tan grande que los átomos de hidrógeno se fusionan en helio, y al hacerlo se libera toda esta luz y calor que llega a tu cara cuando la levantas hacia el Sol. De hecho, cada segundo el Sol pierde cuatro millones de toneladas de masa que se transforma en energía. ¿No es alucinante?
Aquí en la Tierra es imposible obtener la gravedad necesaria para fusionar núcleos de hidrógeno, pero los ingenieros creen poder conseguirlo mediante magnetismo. De hecho, ya lo han hecho en experimentos, pero gastando más energía de la que obtienen, y sin que la reacción se pueda mantener. El ITER, en el sur de Francia, sería una central nuclear de fusión (no confundir con la fisión de uranio) que podría generar una energía limpia y prácticamente infinita a partir de algo tan abundante como el hidrógeno. Tardaremos varios años a saber si funciona, y, si es así, al menos otra década en construir una planta piloto que permitiría ver si es viable a gran escala. Es mucho tiempo y dinero, pero con 35 países involucrados se trata del proyecto científico más internacional de la historia (science diplomacy en acción), y sería verdaderamente revolucionario. Menos emblemático quizás pero sí más útil que enviar un hombre a la Luna, algo que todos asumimos que mereció la pena.
En el capítulo discutimos más temas, pero permitidme destacar uno de los momentos que más boquiabierto me ha dejado en mis años de explorador científico: visitando las obras del ITER un ingeniero me pidió que me quedara en un punto, él caminó escasos tres metros y me dijo: «Mira. Donde estoy yo la temperatura será diez veces superior a la de la superficie del Sol. Y donde estás tú será de -269 ºC, muy cerca del cero absoluto». «¿¿¿¿En sólo tres metros???? ¿Qué aislante utilizaréis?», se me ocurrió decir. El ingeniero me dijo que el magnetismo, pero que están diseñando un nuevo material inexistente todavía para soportar estas temperaturas (tecnología derivada de todo el proceso).
Cambio climático 5 – Humanos 1, y las lágrimas de Christiana Figueres
Acudí a la entrevista en Bonn con Christiana Figueres, la entonces secretaria de Cambio Climático de la ONU, con ganas de ser un poco crítico. Llevo escribiendo en serio sobre cambio climático desde un seminario con el actual asesor científico de Obama, John Holdren, en 2007 cuando todavía no llevaba barba. Es un tema que me ha preocupado mucho, que he analizado en profundidad incluso poniéndome en la mente de los negacionistas (efectivamente son acientíficos), y, sin poder olvidar el gran fracaso de la ONU y la comunidad política internacional en la cumbre de Copenhague 2009, me daba cierta rabia que celebraran tanto el acuerdo de París 2015. Como si ya hubieran cumplido. Por eso empecé la entrevista diciéndole que lo de París fue como estar perdiendo cinco a cero y marcar un gol. Claro que lo celebras, pero no te paras a abrazarte sino que vas directo a la portería a recoger la pelota y sacar rápido de nuevo. Sobre todo cuando no sabemos si estamos en el minuto veinte del primer tiempo, o en el treinta del segundo. Mi sorpresa fue que Christiana Figueres confirmó esta premura; «¡¡¡Diez a cero!!!” dijo que estábamos, reconociendo que el acuerdo de París es importante pero sólo «una carta de intenciones», y que ahora toca ponerse a trabajar muy en serio. Tan afectada estaba, que en un momento de la entrevista (vosotros lo visteis al final del programa), se empezó a emocionar hablando del sufrimiento que espera a los países más vulnerables, que si no solucionamos el tema del cambio climático nos espera un mundo donde siempre habrá pobreza, y le cayeron unas lágrimas. Cuánta presión debía de haber soportado esta intensa mujer.
Renovables sí o sí
Con el tema energético tenemos un trilema: queremos que la energía sea limpia, barata y continua. Y nada de lo que tenemos ahora cumple los tres requisitos.
Empezamos el programa detrás de una térmica para ilustrar lo fácil y barato que es producir energía quemando gas natural. ¿Necesitas más electricidad? Pues abres un poco el grifo del gas y ya está. ¿Cuál es el problema? Las emisiones de CO2. Por su parte la solar y la eólica no emiten gases de efecto invernadero, pero todavía son más caras, y sobre todo intermitentes (por la noche no hay sol). La nuclear no contamina la atmósfera pero por costes y residuos no parece vaya a crecer mucho. Lograr un cambio de modelo energético hacia una economía baja en carbono es complicado, pero en el programa vimos el abaratamiento constante que están siguiendo las renovables, nuevas maneras de almacenar energía… y aunque con la tecnología actual es imposible que las renovables suplan ni la mitad de la demanda energética global, no hay otro camino. De lo que hagamos ahora dependerá que los historiadores del futuro nos vean como seres inteligentes o como bárbaros.
Cadenas for president
Nos costó mucho elegir un entrevistado «principal» con el que debatir la situación energética. Imaginadlo: decenas de grandes expertos en todo el país, pero de complicada imparcialidad. Algunos trabajaban en un tipo de energía concreta, otros tenían vínculos con la industria, algunos hablaban de manera neutra sin querer molestar a nadie… Hasta que hallamos a un experto de una solidez enorme, sin vínculos con ninguna industria o lobby, y que basaba todas sus opiniones en datos y cifras. Y que además, no se escondía al mostrar su pesimismo realista hacia el futuro. Yo confieso que tampoco creo que seamos capaces de frenar el cambio climático, y lo único que nos quedará es adaptarnos a él. En una entrevista publicada esta semana, María Blasco decía que «la ciencia se basa en méritos, así debería ser la política». Y es que es urgente que el pragmatismo, la objetividad, el optimismo, y el trabajo en equipo del científico contagien a la clase política retirando un poco de ideología y retórica.
Los científicos como Juan José Cadenas tienen esta inocencia de intentar que los datos empíricos se impongan, y tomar decisiones basadas en evidencias no en presiones o ideologías. Puede ser utópico, pero yo creo que cerebros como él tienen mucho que aportar al futuro de la humanidad.