Me gustaría compartir el artículo «la ilusión como pieza clave en la enseñanza de las ciencias» (.pdf), que publiqué en la revista Escri-Viendo de los Servicios Educativos del Estado de México, con motivo de una conferencia frente a más de 300 profesores que impartí el pasado mayo de 2012 en Toluca.
El mensaje es claro: Uno de los agradecimientos más sentidos que incluí en El ladrón de cerebros fue «a la ilusión, porque en momentos importantes es la que decide». Me refería a los momentos duros y llenos de incertidumbre que ser repitieron durante la elaboración de un libro, cuando me levantaba del sofá-cama en mi estudio de Washington DC y me sentaba en el sillón de Ikea a un metro de distancia dudando de si tanto esfuerzo iba a merecer la pena. Si no fuera por la ilusión que proyectaba al imaginar tener un libro propio en mis manos, lo hubiera dejado y optado por las posibilidades más lucrativas y satisfactorias a corto plazo que se me ofrecían.
En el texto repaso historias científicas marcadas por la ilusión de sus protagonistas, desde los que como Paul Zamecnik se mantienen investigando hasta los 97 años hasta los estudiantes de ingeniería espacial que sueñan con formar parte del equipo que logre llevar al primer ser humano a Marte. Yo no sé mucho de educación, pero sé que de la misma manera que en el sexo la clave no es la excitación física sino el deseo, generar ilusión por aprender es prioritario ante una buena pedagogía.
…. ¿La curisidad en tu caso, nace de la ilusión?…. en mi caso es el empujón para la ilusión…. soy una curiosa impenitente….