Al final el amor siempre es recíproco. Obvio que puedes enamorarte de alguien que no te desee, pero si no vas recibiendo muestras de cariño por su parte, tu subconsciente protector irá transformándolo en alguien menos idealizado que terminarás mirando con recelo.
En cambio, cuando das y recibes y recibes y das, se genera una especie de magia dopaminérgica que parece indicarle a tu cerebro: “estímulo positivo. Cuidar y repetir”. Esto ocurre entre personas, y entre colectivos. La comunidad Naukas es un gran ejemplo. Más allá de las 65 excelentes charlas científicas de 10 minutos concentradas en 2 días, y el éxito de asistencia que forzará a buscar una sede más grande, el buenrollismo generalizado entre los colegas-amigos divulgadores que asistimos al #Naukas15 en Bilbao es una clara muestra de amor, no solo a la divulgación científica, sino al proyecto colectivo que es la familia Naukas.
Recuerdo durante el primer encuentro hace ya cinco años comentar con la cúpula Naukas si sería bueno repetir en Bilbao o ir cambiando de ciudad. Una razón para cambiar era evitar la posible desidia de los propios Naukas a ir cada año al mismo sitio. Lo que las sucesivas ediciones van demostrando es que no hace ninguna falta: la gente se pide vacaciones para ir a Naukas, está cada vez más comprometida e ilusionada, y año tras año el evento es mejor y más querido. Y eso tiene mucho significado.
Yo mismo, cuando hace dos semanas una carambola logística forzó un viaje a Barcelona y Madrid (vivo en USA), en seguida vi que coincidía con Naukas Bilbao y envié un mail a @irreductible @aberron e @Uhandrea diciéndoles que quizás podía escaparme a Bilbao. Su inmediata y entusiasta respuesta, a pesar de ser yo un Naukas “ausente” que participa poco en el blog y la lista, fue la del viejo colega que te avisa que viene y enseguida buscas la manera de verlo. Cuando estás seguro del amor, no hacen falta demostraciones constantes. Extendí mi viaje a Spain, busqué un billete para regresar a USA desde Bilbao, y fui dos días fantásticos de risas y ciencia a ver viejos amigos y hacer de nuevos. Naukas es una sensación fantástica, que nos carga de energía a todos.
Pasé la noche entera del sábado en vela entre bares bilbaínos discutiendo sobre ciencia (ehem), me fui sin dormir al aeropuerto para un largo regreso a USA, y hoy lunes estoy a las 5am jetlagueado con intención de aislarme del mundo y continuar inmerso en el libro que debo entregar en diciembre. Pero lo primero que me sale son unas frases de agradecimiento a Naukas por existir, y por incluirme en su amor colectivo. Felicidades organizadores y conferencistas, y larga vida a Naukas.
(*) Podéis ver las presentaciones en la web de eitb. Todas fabulosas, pero como momento apoteósico, aquí el de la gran @bynzelman-Pantoja